Navidad, dulce Navidad
Ha llegado la navidad, dulce navidad. Las calles se llenan de luces, los encuentros familiares y sociales se multiplican y los buenos deseos invaden las redes sociales.
Yo voy a pedir algunos, con la ilusión de que permanezcan en nuestro corazón a lo largo del año.
Espero que en estos días podamos aprehender a ser una pequeña luz, que brille y permita brillar al que tenemos al lado. Encontrar(nos), tender nuestra mano y compartir camino, de forma auténtica. Dejar de ser tan individualistas y pensar más en los otros, aunque no convenga a nuestras expectativas o metas.
Espero que el espíritu navideño, nos envuelva y conmueva, luminoso y cálido. Que venga para quedarse, no efímero y artificial. Que lo busquemos dentro de nosotros y no escondido entre multitud de luces de colores, villancicos tiernos, compromisos y bolsas llenas de regalos.
Espero que la navidad, con su intensidad, se nos pegue a la piel y nos cale hasta los huesos. Y así dejarnos llevar, siendo coherentes, sintiendo a pleno pulmón, desprendiéndonos de prejuicios caducos y no mirando para otro lado, ante las injusticias.
Espero que arropados en su sintonía, despacio y bajito, sin mucho ruido, vayamos venciendo la enfermedad de nuestro tiempo, la falta de empatía. Empezar, de verdad, a escuchar al otro, a mirarle a los ojos, a ponernos en su lugar, a aprender a dialogar, a respetar y a vivir en libertad.
Espero que seamos comprensivos y podamos pensar en todas las personas que sufren por distintos motivos, están de duelo, perdieron sus seres queridos, su tierra o su alegría. Siendo hiriente para ellos, este exhibicionismo de felicidad.
Espero que así sea, y juntos poder construir un mundo donde la dignidad, igualdad y esperanza, pueblen la vida de todos, y no solo, la de unos pocos.
El villancico Navidad, dulce Navidad
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