¿Qué tipo de psicóloga eres?
¿Qué tipo de psicóloga eres?
Cuando me llaman para pedir cita, si no vienen recomendados, son curiosos y/o controladores, me preguntan: ¿Qué tipo de psicóloga eres? ¿Terapia cognitivo conductual, gestalt, psicoanalítica? ¿Precio? ¿Tiempo?
Yo les comento que lo mejor es que nos veamos y nos conozcamos, para hablar tranquilamente de todos estos aspectos. En realidad, lo más importante es que relación se va a dar entre el paciente y el terapeuta. ¿Cómo nos vamos a sentir? ¿Podrán confiar para ir desnudándose y crear una intimidad?
Cuando me dicen que tipo de psicólogo y yo les pregunto a qué se refieren, me explican qué quieren o no, pautas, consejos, recetas mágicas… En definitiva, si vienen despistados buscan bueno, bonito y barato. Yo les escucho, porque sin ellos saber ya me están hablando de sí mismos, con palabras y con su cuerpo, silencioso, pero en permanente diálogo.
Una terapia psicoanalítica no tiene nada que ver con todo esto. Con la rapidez, lo positivo y lo ligero. Tampoco con los clichés caricaturizados de la sexualidad y de Freud.
Trabajar desde la mirada psicoanalítica, es mirar a la persona de enfrente de un modo integral. No como un conjunto de síntomas que tiene que ser catalogado, perdón diagnosticado, para ofrecer un tratamiento acorde. Sin tener en cuenta su historia vital, sus miedos, sus fantasías y muchísimo menos su inconsciente. ¡Sí, el inconsciente! Esa fuerza psíquica que todos querríamos desterrar de nosotros mismos, para creer que actuamos a nuestra voluntad y somos dueños de nuestro destino.
Y así vamos omnipotentes e ingenuos, llenos de síntomas, que intentamos esconder con Prozac y Orfidal. Pensando que si nos esforzamos seguro que lo conseguimos, lástima que el capitalismo y lo mental, no tengan nada que ver.
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